Para que finjir si al final todo sigue igual, nada cambia.. Creo estar feliz y sigue rondando por mi mente el dolor de su ausencia, el dolor de la perdida, de que nunca volvera.. Y si hablo de dolor por ti, hablo de mi dia a dia, de mis noches despierta y mis dias soñando. Vuelves con esa chica tan perfecta, sin errores, sin nada de lo que puedes reirte, una chica mejor.. Y ahi esta la pregunta, ¿para que? para que seguir con esto, seguir pensando en todo esto aun teniendo un chico que me hace feliz, que todo parece perfecto y es que estando con el me hace olvidar, y me hace sentir una cria.. Pero es obio que el sigue ahi, que no se va de mi cabeza, es obio que fue el primero y que fue diferente a todos los demas, que me podria pasar noche y dia entre sus sabanas y que correria donde fuera si me necesitara.. Pero las cosas no son asi y finjir a veces es lo mejor, quizas llegue un dia que la costumbre llegue a olvidar aquello que hoy duele, y quizas mañana eso ya no importe.
El silencio es el grito más fuerte.
diumenge, 4 de març del 2012
dimarts, 28 de febrer del 2012
Y asi es como siempre acaba todo..
Y de repente te das cuenta de que todo a terminado de verdad y ya no hay vuelta atras, lo sientes... Y justo entonces intentas recordar en que momento comenzo todo y descubres que todo comenzo antes de lo que pensabas, mucho antes... Y es ahí justo en ese momento cuando te das cuenta de que las cosas solo ocurren una vez, y por mucho que te esfuerces ya no volveras a sentir lo mismo.
dimecres, 9 de novembre del 2011
I love you
De algo estoy seguro.
No podrá quererla como la quería yo, no podrá adorarla de ese modo, no sabrá advertir hasta el menor de sus dulces movimientos, de aquellos gestos imperceptibles de su cara.
Es como si sólo a mí se me hubiera sido concedida la facultad de ver, de conocer el verdadero sabor de sus besos, el color real de sus ojos.
Nadie podrá ver nunca lo que yo he visto. Y él menos que ninguno.
Él, incapaz de amarle, incapaz de verle verdaderamente, de entenderla, de respetarla.
Él no se divertirá con esos tiernos caprichos.
No podrá quererla como la quería yo, no podrá adorarla de ese modo, no sabrá advertir hasta el menor de sus dulces movimientos, de aquellos gestos imperceptibles de su cara.
Es como si sólo a mí se me hubiera sido concedida la facultad de ver, de conocer el verdadero sabor de sus besos, el color real de sus ojos.
Nadie podrá ver nunca lo que yo he visto. Y él menos que ninguno.
Él, incapaz de amarle, incapaz de verle verdaderamente, de entenderla, de respetarla.
Él no se divertirá con esos tiernos caprichos.
Prefiero llamarlo improbable.
Definimos la palabra imposible como algo que no tiene ni facultad ni medios para llegar a ser o suceder, y define improbable como algo inverosímil que no se funda en una razón prudente. Puesto a escoger, a mi me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad, como a todo el mundo supongo. La improbabilidad duele menos y deja un resquicio a la esperanza, a la ética. Que David ganara a Goliat era improbable pero sucedió. Un afroamericano habitando la casa blanca era improbable, pero sucedió. Que los baron rojo volvieran a tocar juntos era improbable, pero también sucedió. Nadal desbancando del número uno a Federer, una periodista convertida en princesa, el doce uno contra Malta. El amor, las relaciones, los sentimientos, no se fundan en una razón prudente, por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de amores improbables.
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